¡Pues claro que las cookies son increíbles! A menos que no seas mucho de dulce. Pero las cookies en tu navegador son aún más increíbles o eso nos gusta pensar. Aceptar nuestras cookies permitirá que tu navegador recuerde algunos de los detalles de tu visita. Si quieres saber más sobre lo que almacenamos, aquí tienes nuestra charla legal.
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Pero las cookies también pueden recordar cosas que te gustaría olvidar. Por ejemplo, si escribiste mal una dirección de correo electrónico sin querer: nuestras cookies llenarán automáticamente la última dirección usada, probablemente sin que te des cuenta. Hasta que te preguntes de repente por qué no has recibido ni un email.
¡Que no cunda el pánico! Solo tienes que pasar el cursor por encima de la dirección de correo electrónico y te debería aparecer una cruz detrás de la dirección de esta; dicha cruz te permite eliminar tu antigua dirección y cambiarla por la correcta. Debes realizar una transferencia después de cambiar la dirección para que la nueva se almacene en tus cookies.
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Con toda esta charla sobre las cookies, ¡nos ha entrado un antojo que no veas!